En Chile viven unas 400.000 personas de origen palestino, a causa de ello el 20 de Agosto de 1920 nace en Santiago el Club Deportivo Palestino, que viste con los colores de la bandera del país de Próximo Oriente. Este club cuenta en su haber con dos campeonatos nacionales de Chile. Ahora mismo se encuentra disputando el torneo clausura de dicha competición.
El pasado Sábado comenzó este torneo con victoria por 4-0 contra el Everton, pero la noticia del partido no fue esta contundente victoria, sino el diseño de sus camisetas. Los dorsales que cuentan con el número 1, habían sido cambiados por el mapa de Palestina antes de 1947 cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desmembró el país para dar una parte a la comunidad judía atacada por parte de la Alemania Nazi en el holocausto.
Tras la finalización del partido las redes sociales de caracter judío se pusieron al roj
o vivo, el presidente de la agrupación hebrea en Chile, Gerardo Gorodischerel escribió en Twitter, “Rechazamos la importación del conflicto en Oriente Medio”, que pide “sanciones de la ANFP”(Asociación Chilena de Fútbol). Además el ex presidente de la comunidad judía declaró, “¿Sergio Jadue (Presidente de la ANFP) avalará la irresponsabilidad de la dirigencia del Club Palestino?”. La comunidad hebrea pide además de dichas sanciones que el club de Santiago pida perdón y retire su equipación.
El conflicto palestino-israelí está latente en todo el mundo como se puede comprobar con esta noticia y con tantas otras que cada día salen en los periódicos de todo el mundo. Hace poco pudimos comprobar en nuestras redes sociales como los aficionados palestinos apoyan la libertad para el pueblo de Próximo Oriente.
Sergio Palacios (@PalaciosAlonso)
Co-Director Wanderers. El Fútbol del Pueblo
Wanderers 
Solo un matiz. Palestina no era un «país» antes de 1948. Nunca fue un país independiente. En 1948 se llevó a cabo el proyecto de partición del protectorado británico en dos, para formar un estado judío (justo, ya que con ello se reparaba al pueblo judío recuperando su tierra original, de la que había sido expulsado siglos antes) y otro árabe. Pero los árabes no aceptaron, engañados por los países circundantes que les dijeron: «no acepteis, que ya nos encargaremos nosotros de destruir el estado judío». Resulta curioso ver que antes de 1947 no existió NINGUNA reivindicación árabe sobre Palestina para formar allí un estado árabe soberano. Y solo fue cuando el pueblo judío, luchando desde hacía décadas por un Hogar Judío en la tierra ancestral de Israel, se les ocurrió a los árabes montar ese tinglado reivindicativo, muy afectado por la demagogia de quienes llevan años y años viviendo del conflicto, o sea, los líderes radicales islámicos. La propia ANP reconoció hace poco el error de no haber aceptado el plan de la ONU, que les daba a los árabes más del 70% del territorio. Los judíos lucharon por su tierra pacíficamente desde décadas atrás, y compraron tierras a los terratenientes árabes por el doble de su valor, para cultivarlas y vivir en ellas. Mientras, los árabes, se rascaban la barriga y llamaban «palestinos» despectivamente a los judíos… Cómo cambia el cuento, ¿no? Lo que deben hacer los árabes de Gaza y Cisjordania es quitarse de encima el radicalismo de sus líderes (que solo perjudica a la gente de a pie) y afrontar junto con Israel el proceso creador de un estado árabe. Los ciudadanos de Israel lo desean mayoritariamente, no quieren guerras ni violencia. Así que en vez de hacer demagogia por el mundo y vivir del cuento del «conflicto», que la gente de Gaza y Cisjordania despierte de una vez, se desquite de sus fanáticos líderes, sea libre, y luche por su estado, dialogando con Israel, que es la primera que desea paz y convivencia. Ambas partes cometieron errores en estos 70 años. Ambas. Así que lo mejor es dar pasos adelante. La gente de a pie, las familias, tanto de Israel como de Gaza y Cisjordania, lo desean y lo merecen.
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